Diego Armando Maradona: "que no desintegren al ídolo" por Alberto E. Muñoz
- albertoemunoz
- 1 dic 2020
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 21 dic 2021

I
¿Cuál es la alianza de Diego con el Pueblo?
Este 25 de noviembre murió, a sus 60 años, Diego Armando Maradona, y mucho se ha escrito y recitado respecto de lo que se pretende homenajear: su historia futbolística, su patriotismo rebelde, sus goles en Argentino Jr., en Boca, en el Nápoles, y por supuesto en la selección argentina, donde quizás lo más recordado sea esa dupla entre la picardía de “la mano de Dios” y el talento “del gol del siglo”. Dupla manifestada en el partido contra Inglaterra, en el mundial de 1986.
Pero hay algo que he venido pensando desde hace varios años acerca de la figura de Armando, como le dicen sus amigos, y que ahora con su muerte se me hace imposible negar la necesidad de escribir sobre lo que oculta esta muerte y los regalos periodísticos que emanan de casi la totalidad de los medios de comunicación.
Parece haber un pacto de la maquinaria comunicacional de la gráfica, la radio y la TV para desintegrar a Diego Maradona, y mostrar sólo aquello que no daña al pensamiento hegemónico de los poderosos a los que nuestro protagonista desafió toda su vida.
Cuando hablo de la maquinaria comunicacional no solo hablo del grupo clarín, telefé, canal 9, América TV, TyC Sport, entre otros, sino también de periodistas que con posiciones progresistas los he escuchado decir que Maradona pasará a la historia por “su talento futbolístico y que no hay que mezclar su vida personal con lo que realmente emocionó al pueblo…”, esas –más o menos- fueron palabras de Víctor Hugo Morales y que coincidieron con conceptos vertidos por Fernando Niembro, “el pollo” Vignolo, Mariano Closs, Guillermo Andino, etc. Es decir, en éste punto “no hay grieta”.
Inclusive se ha escuchado en los noticieros de horario central de los principales canales de televisión, que la muerte de Maradona “unió a los argentinos”, y en pantalla gigante se exponía un abrazo entre hinchas de Boca e hinchas de River.
Pero la realidad es más compleja de lo que pretenden que creamos, entonces el mundo fue manifestándose en relación a la tristeza que provocaba el deceso de Diego, y en Argentina (principalmente en CABA) miles de personas empezaban a tomar las calles rumbo a distintos lugares, y fundamentalmente a Casa Rosada donde se estaba llevando adelante el velorio.
Una marea humana hacía sentir que lo que se había muerto era más que un futbolista. Entonces, me puse a pensar ¿Quiénes eran esas personas que constituían la muchedumbre revoltosa que no estaba dispuesta a que le robasen lo que es suyo: al ídolo?
Y pensaba en Pelé, otro gran futbolista que trascendió los límites de Brasil y que fue la figura de tres mundiales, permitiéndole a su país alzarse con tres copas de la FIFA, también recordaba a Kempes, gran goleador de la selección de Menotti que salió campeona en 1978, inclusive pensaba en Messi que hoy es considerado el mejor futbolista del mundo. Ninguno de ellos parece alzarse con el amplio y afectuoso clamor popular.
Y cuando reflexionaba sobre esas figuras y muchas más, me venía al recuerdo el mundial de 1994, en donde la selección argentina aparecía como la gran favorita, veníamos de ser subcampeones en el ´90 –Maradona se volvía a ganar los aplausos del mundo entero- y de repente un doping deja afuera al Diego, y después de haber sido protagonistas en la fase de grupos, Argentina queda eliminada.
Todos podremos recordar las frases de Maradona: “me cortaron las piernas” y “la pelota no se mancha”.
En esos recuerdos mezclados, se me viene a la memoria, técnicos de futbol y jugadores que por resultados futbolísticos fueron descartados de la selección de nuestro país, y algunos que fueron víctimas de difamaciones como la Brujita Verón. Sin embargo, el Diego después del doping positivo quedó con su figura “pidiendo perdón” y con las disculpas otorgadas por el pueblo.
Entonces me surge una nueva pregunta, ¿Cuál es la alianza del 10 con las amplias mayorías que lo lloran a viva voz, expresadas en la movilización popular?
II
En esta ocasión no lo lograron
En el transcurrir de los días y de los homenajes fueron apareciendo algunos detractores de la figura del 10, que cuestionaban y cuestionan no sólo a Maradona sino también a lo que simboliza su figura.
Pero estas expresiones, a pesar de provenir de sectores hegemónicos del poder económico, como los que representa el macrismo, ésta vez fueron palabras marginales que permanecieron pálidas ante el grito de la muchedumbre de: ¡Te quiero Diego!
Cuánto puede ocuparnos las opiniones de Eduardo Feinmann o el tibio homenaje de “Los Pumas” frente a la presencia del pueblo napolitano rindiendo su amor en la puerta del estadio que ahora lleva el nombre del ídolo argentino, o frente a la selección de Nueva Zelanda de Rugby que se toma unos segundos para demostrar que el deporte está anclado al sentimiento de los pueblos –donde se acuna la pasión-, o frente al homenaje de Leonel Messi con la camiseta del club rosarino instantes después de haber realizado un gol para el Barcelona, pero principalmente frente a un velorio lleno de “descamisados” como diría Evita.
¿Por qué ocuparnos de quienes ostentan su indiferencia al dolor de los más humildes? No tiene sentido poner la lupa sobre ellos, tampoco, al menos en estos momentos es importante acentuar los hechos de represión que se vivió en casa Rosada, aunque desde ya que condeno la decisión de abrir fuego hacia quienes esperaban dar su último adiós al astro del fútbol mundial. La represión debe ser investigada y condenada.
Como tampoco es momento, al menos desde mi humilde lugar, de emitir un juicio acerca de la evitabilidad de la muerte de Maradona. Cuestión que también debe investigarse.
En síntesis, los sectores reaccionarios y discriminatorios que odian a los pobres, a los bolivianos, a los peruanos, y a quienes los enfrentan, esta vez fueron derrotados. Ya que el mundo habla de la leyenda que nace con la muerte de Diego Armando Maradona.
III
Animate a jugar
Les propongo un juego, no es difícil, solo se trata de que imaginemos una situación:
Imaginá que “naciste y vivís en un precaria casa que queda en un barrio popular donde no hay agua corriente, donde el piso de tu casa es de tierra, donde con tus hermanos y hermanas dormís apilado, donde comer no es una cuestión que siempre sucede, y de pronto, por tu capacidad con la pelota te encontrás jugando en un importante club que después te vende a uno de los clubes más importante del país y luego a uno de los más importantes del mundo, y como si fuera poco, jugás en la selección argentina y salís campeón consagrándote como el mejor jugador del mundo, al año siguiente, también jugando para tu selección, llegás a la final y volvés a consagrarte como el mejor jugador del mundo, y estás a instantes de ser visto como el mejor futbolista de la historia”.
Ese quizás sea el sueño de miles de niños y adolescentes de éste país.
Esa vida que imaginamos fue vivida por alguien, por Diego Armando Maradona, y con ello quiero que te animes a imaginarte lo siguiente:
“Como parte del éxito futbolístico te hacés millonario y a partir de los 19 años no podés caminar por la calle porque sos invadido por decenas de personas pidiéndote firmar su camiseta, donde no podés llevar a tus hijos a la escuela ni a la plaza, ni a comer un pancho, además tenés durante 20 años una guardia periodística subida a un árbol tomando imágenes del patio de tu casa en el que estás haciendo casi lo único que podés hacer con tu familia, compartiendo momentos en el casi total encierro, donde visitar a tus padres en aquel barrio popular es tarea de supervivencia o para un héroe de alguna película norteamericana, y donde tu vida cotidiana pasa ser una prisión de tu fama. Tenés el dinero para comprarte todos los locales comerciales de tu país, pero tenés que comer encerrado en tu habitación, una vianda recalentada después del entrenamiento o cuando salís de gira”.
Esa también fue la experiencia de Diego.
Ahora, completemos el viaje que te propongo:
Imaginate y súmale a lo anterior “que a pesar de haber salido de pobre y ser reconocido por el mundo, tenés claro que para que algunos tengan todo, otros no tienen que tener nada, que no estás dispuesto a callarte el dolor que todavía tenés registrado en el cuerpo de aquellos días que te ibas a dormir a las 8 de la noche antes de que te diera hambre, que sabés que hay que cambiar la sociedad para hacerla más justa y no tenés drama en decirlo cada vez que te ponen un micrófono, inclusive enfrentándote a los grandes poderes hegemónicos del mundo”.
En resumen, Diego fue un chico de Villa Fiorito que se hizo famoso y millonario, y que no olvidó nunca sus orígenes. Quizás ahí encontremos elementos de una de las preguntas iniciales: ¿Cuál es la alianza del 10 con las amplias mayorías que lo lloran a viva voz, expresada en la movilización popular?
IV
Quien no tenga contradicciones que arroje la primera incertidumbre
Las contradicciones de Maradona, no son otra cosa que las contradicciones del pueblo. De hecho, él expresa una corriente de esa muchedumbre que fue y es productor de una cultura dominante que intenta dividir a la sociedad entre “los buenos” y “los malos”. Conceptos meritocráticos en donde los pobres, a los que se les roba el derecho a la igualdad, a los que son despreciados por su color de piel o su origen, deben comprender que sobran en argentina, así lo han expresado funcionarios del anterior gobierno, que hoy en sus roles legislativos hablan de los “choriplaneros”o de bolivianos y paraguayos que viven del esfuerzo de los argentinos” (Picheto), también recuerdo las palabras de un ex ministro que dijo “se creyeron que podían tener un aire acondicionado”, obviamente la frase iba dirigida a los pobres.
Sin embargo, esa corriente popular de la que Maradona es expresión y que está llena de contradicciones no transcurre en la vida de forma lineal, sino que va produciendo experiencias y reflexiones capaces de advertir la injusticia del orden social que se les ha impuesto.
Hoy con la discusión del aporte a las grandes fortunas, ha quedado en evidencia que los intereses que representa el macrismo, que no es otra cosa que los intereses de los imperialismos (principalmente Yanqui) –con la deuda externa y los negocios inmobiliarios, de la banca extranjera, de los grandes pooles de siembra favorecidos con las devaluaciones y la inflación, los grandes terratenientes y latifundistas, los empresarios energéticos etc., son los verdaderos “choriplaneros” que han encontrado históricamente en los países dependientes como el nuestro, la “gallina de los huevos de oros”.
Y en este proceso de profundización del carácter dependiente de argentina, las amplias mayorías han quedado condenadas a ejercer el juicio crítico de la cultura dominante, acción que entra cotidianamente en contradicción con su condición de clase y que a través –muchas veces- de la práctica política cuestiona al statu quo y pelea desde medidas económicas como lo que significa hoy, el proyecto presentado por el Diputado Nacional del PTP en el frente de Todos, “Tierra, techo y trabajo”, hasta la toma del poder.
Es decir, las contradicciones de Maradona son las contradicciones de los sectores populares, y encuentro en esa humanización del héroe, la respuesta acerca de la alianza del Diego con el pueblo.
V
Porque es uno de los nuestros
Diego Armando Maradona nacido en 1960, es parte de los sectores populares que no solo representó y representa el ícono del futbol nacional, sino que también expresa el sentimiento que “uno de los nuestros llegó” y que cuando “llegó” no se olvidó de nosotros. Por el contrario, le dijo al papa que “con el techo del vaticano bañado en oro daría de comer a millones de pobres en todo el mundo”, se enfrentó a la FIFA acusándolos de “ladrones”(denuncias que hoy tienen asidero en distintas causas judiciales), se opuso a la AFA peleando por los derechos de los jugadores de futbol (pero no solo de los que son famosos y exitosos), intentó sindicalizar a los futbolistas por considerarlos trabajadores del deporte, y ni hablar de la relación con sus padres, su barrio, etc.
En síntesis, la alianza de Maradona con los sectores pobres del pueblo tiene que ver con la identificación que amplias mayorías encontramos en sus acciones, inclusive la condición de adicto que no lo pone en el lugar del victimario, sino de la víctima, en donde podríamos pensar tranquilamente que el poder real no se iba a bancar a alguien que sea sinónimo de masas populares y que los enfrente, los desmantele, los exponga, uno podría creer que a “ese negrito villero” había que “quebrarlo”.
Por eso, a Maradona le queda chico el futbol y sus hazañas deportivas, las mismas no explican el amor del pueblo hacia el ídolo, por eso el Diego “es de la gente”, y hoy un poquito todos o la mayoría sentimos que el 25 de noviembre nos cortaron las piernas, porque murió aquel que a pesar de los golpes y de las contradicciones, era el hijo del pueblo, el hijo que nunca olvidó de quien era hijo, por eso ni más ni menos, hoy es la leyenda del “villero” que nos hizo feliz en el futbol y en la vida cuando lo veíamos enfrentar a los poderosos productores de la desigualdad y la dependencia.
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